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lunes, 5 de marzo de 2012

MBE

En este nuevo artículo quiero hablarles de una noticia que recientemente a aparecido dentro de los ámbitos científicos, y más concretamente médicos. Esta es una de esas noticias que desvelará una serie de planteamientos que en su día puse a juntar polvo en espera de que alguien me diera la razón.

MBE son las siglas de la Medicina Basada en la Evidencia.

Tal medicina se fundamenta en la oferta de tratamientos generales, que son resultado de los denominados como Grandes Ensayos Médicos.

Podría decirse de la MBE que es el patrón aúreo de la medicina actual, pese a que en sí mismo contraviene las leyes fundamentales – demostradas empíricamente – de tantas disciplinas que incluso los propios médicos (que no las farmaceúticas, que en ello tienen un buen negocio), cada vez la consideran más que errónea.

La MEB se sustenta en los promedios estadísticos de las muestras de población en lugar de los promedios estadísticos particulares de cada paciente. Es por ello que cada medicamento va acompañado de un prospecto (dejando el Vademecum farmacológico aparte, claro está), para que no se combine con otros fármacos ni sea empleado, por ejemplo, por embarazadas, gente con problemas coronarios o una multitud de casos concretos.

De hecho, aplicando el pensamiento crítico (que también está para echarle de comer aparte), a la MBE vemos que esta incurre en lo que se viene a denominar como falacia de Ley de los Grandes Números. Un error en el planteamiento o compresión de un fenómeno, que se produce al entender que en una muestra lo suficientemente grande las circunstancias aparentemente improbables son de hecho probables , es decir, probables de ocurrir.

Esto se debe a un sesgo de confirmación – o al sesgo de confirmación, mejor dicho – en la percepción e interpretación de los datos. Es decir, que si administramos un medicamento de dudosa eficacia a un número suficiente de personas, la estadística promedia nos revelará que tal medicamento es realmente eficiente. Ya que en caso de no serlo, sólo hay que añadir más pacientes. O como dicen por ahí: Si de mil, uno. De mil millones, un millón. Y no es lo mismo decir que este medicamento ha sanado a un millón de pacientes que ha tenido algún efecto en el 0,001% (el uno por mil) de los mismos.

Fíjense como no será la cosa que Roger Conant y Ross Ashbyn aducen que cada buen regulador de un sistema, debe ser modelo de ese sistema concreto (algo que parece de perogrullo pero que en realidad no se aplica). Siendo que cada paciente es un sistema diferente de otro, las estadísticas grupales de MBE son ciertamente irrelevantes, ya que los ensayos clínicos a gran escala (masivos), no sirven para cada tipo o modelo de paciente. De hecho – y esto lo digo yo – dada su ambigüedad no sirven siquiera como un estudio de población.

La MEB no sólo se tambalea en el ámbito cientifico-técnico de la medicina, sino que además es percibida por el paciente como un solar en ruinas, ya que no se ha de olvidar que, tanto en primera como en última estancia, es el quien la padece.

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